Antes de
pasar la entrada como tal, creo que por lo menos podría explicar brevemente mi
ausencia en este blog: He estado más que ocupado con mi carrera (Que no es
exactamente fácil) y eso me ha dejado poco tiempo para mí. Y no me refiero a
que no tengo tiempo de escribir a hacer videos, sino que ni siquiera tengo
tiempo de ver películas, series o juegos de los cuales escribir en primer
lugar. Y si encuentro algo interesante de lo que escribir, por lo general lo público
en mi pagina de facebook. Agreguemos a todo esto que he estado trabajando desde
hace meses en proyectos en video y se entiende porque he estado muy silencioso
por aquí. Pero he decidido que aunque sean cortos mis pensamientos y no den ni
para una página, voy a intentar escribir algo aquí de vez en cuando, sobretodo
porque algunos de mis comentarios en facebook me se están haciendo un poco
largos para ese formato. Así que con eso aclarado, aquí un pensamiento corto
sobre el primer episodio que acabo de ver de la serie Black Mirror:
Cuando me
enteré de que había una nueva serie que intentaba resucitar el estilo de
televisión de The Twilight Zone o Alfred Hitchcock Presents, debo
decir que estaba muy emocionado porque amo esa clase de formula y quería que
volviese de alguna forma y al ver lo modernizado que estaba en su estilo
narrativo y cinematográfico estaba aun más convencido de que iba a ser algo que
me iba a gustar. Sabía que especialmente el primer episodio era
controversial, incluso me enteré de la trama antes de verlo pero aun así su
valor no disminuyó en mi primer visionado: esta es en definitiva una serie
brillante. Y la razón por la cual es tan brillante creo que es mejor explicada
por la filosofía de un artista. Y ese artista es Mel Brooks.
Sí, este Mel Brooks |
Mel
Brooks, creador de famosas e importantes comedias como The Producers, Young
Frankenstein y Blazing Saddles es tambien responsable por una de las
mejores y más citadas frases para explicar la naturaleza de la comedia:
"Tragedia es cuando yo me cortó un dedo, comedia es cuando tú caes en una
alcantarilla y te mueres". Aunque esta frase es generalmente utilizada
para explicar cómo funciona la comedia y cómo no se trata del tema sino del
enfoque, lo cual permite que cualquier tópico sea válido para hacer burla,
siempre y cuando se sepa correctamente cómo separar la importancia del hecho en
sí y cómo atacar a la víctima correcta (Un tema para otra entrada); por otra
parte también demuestra lo contrario: Que cualquier tópico por absurdo y
risible que parezca cuando se piensa por primera vez, puede ser objeto de buen
drama si realmente se puede analizar la psicología de los sujetos involucrados
y la manera en que sus vidas y sus emociones son afectadas. Tener conciencia de
esto es especialmente útil en sátiras que por su definición requieren metáforas
absurdas para funcionar, por ejemplo Fight Club es una sátira de una
generación que quería rebelarse contra una sociedad en la que honestamente
vivían privilegiados, y por eso se hizo una historia sobre un montón de psicópatas
cometiendo actos de violencia y terrorismo en nombre de lo que ellos veían como
liberación de un dogma impuesto por la sociedad... irónicamente siguiendo un
nuevo dogma impuesto (Sé que hay gente que de verdad cree que Tyler tenía
razón, pero de nuevo, tema para otra entrada). Esto nos lleva finalmente al
primer episodio de Black Mirror, que es un gran sátira que usa una metáfora
absurda y demente pero que permite tratar diferentes temas como la falta de
seguridad y privacidad en la era de las redes sociales, la explotación mediática,
el precio sucio de la política e incluso una pequeña critica al arte
transgresor en general y el performance art en particular (A veces hasta yo
mismo me sorprendo de lo pretencioso que puedo ser en mis escritos). Pero lo
más fascinante es que todos estos temas son tocados caer en exposición porque
todo se deja llevar por la trama que a diferencia de muchas otras sátiras,
no requiere guiñarle el ojo a la audiencia sino llevar su historia hacia su lógica
conclusión y demostrando que cuando se lleva este tema totalmente en serio por
absurdo que sea, se revela como una tragedia. Este episodio es una lección para
aquellos escritores que dicen cosas como "No puedes hacer buen drama con
una pareja casada sin infidelidad" u otros ejemplos en los que no ven el
drama, porque si esta serie logró encontrar el drama en una premisa tan absurda
como esta, quita excusa para cualquier otro escritor que no puede encontrar
drama en su historia. Es un excelente ejemplo de tragedia por el escritor
Charlie Booker, sin mencionar el excepcional trabajo de dirección de Otto
Bathurst y el estupendo trabajo actoral del elenco, destacando el protagonismo
de Rory Kinnear. Trato de no decir más para evitar arruinar la historia, y tal
vez algunos no vean mi emoción, vean la historia como algo muy normal o quizás
muy ridículo como para merecer mi aprobación. Pero aun así diré que aprecio que
esta serie esté intentando algo nuevo y espero ver más de esto en el futuro
tanto de esta serie como fuera de ella.
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