Ex Machina es una clase en cómo crear una atmosfera cinematográfica
que se mantiene constante durante toda la película; un filme dónde la cámara se
encuentra alejada haciendo que los personajes y sus emociones parezcan pequeños
comparados con los grandes cuartos sin ventanas y los fríos pasillos, creando
un ambiente minimalista que de verdad te hace sentir aislado de la
civilización.
Esta sensación de aislamiento que
perturba me recordó, siendo honesto, a Stanley Kubrick, pero a diferencia
de ese estilo, este filme se enfoca más en el realismo, los personajes se
sienten como seres reales, no arquetipos. Lo cual hace la aparición de
personajes típicos del cine de ciencia ficción como el científico loco, su
creación incomprendida y el asistente asustado aun más interesante cuando se
mezcla con el terrible aislamiento, porque así la película crea una nueva capa
de miedo e incomodidad: Este es el futuro. Este aislamiento y falta de
humanidad es lo que nos espera a medida que la tecnología avance.
Mención especial merecen las grandes
actuaciones que logran enviar este mensaje, sobretodo la demente pero carismática
actuación de Oscar Isaac y la manera en que Alicia Vikander nos hace
preguntarnos constantemente que piensa su personaje. De la misma manera, los
efectos visuales que también tienen la labor de parecer realista, se vuelven
una parte más de la actuación y son maravillosamente ejecutados.
Pero más allá de este miedo al futuro, lo
que realmente me vendió este filme, es su temática feminista reflejado
especialmente en el personaje de AVA: una "mujer" creada por un
hombre, representando una sociedad patriarcal cuyo destino es ser un objeto
para ser usado o un objeto para ser puesto en un pedestal, pero que encerrada
allí nunca será "humana", nunca será "una mujer de verdad",
simplemente nunca "será". Pero por supuesto, AVA no es la
protagonista, el protagonista es un hombre para que la audiencia masculina se
refleje en él y en cierta manera entre al mundo de AVA y sea introducido a la
dicotomía entre persona y objeto que la atormenta, a medida que el mismo
protagonista la descubre. Una obra que hace todo lo que debe hacer la
ciencia ficción: crea su propio mundo y atmosfera, presenta una visión del
futuro y lo usa como alegoría para discutir sobre la condición humana. Tal vez
a veces muy estéril y fría para su propio bien pero aun así brillante.
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