Ok, tiempo sin
jugar Final Fantasy. Muy ocupado. La
verdad es que este juego me patea el trasero constantemente, así que con el
objetivo de hacer que el juego fluya mas decidí empezar a ganar más batallas.
Mi objetivo es ganar 20.000 piezas de oro para poder comprar muchas armas y
hechizos y en el proceso habré subido bastante de nivel. Después de cómo hora y
media jugando llegue a… 1.800 piezas de oro. Subí un poco de nivel pero en un
punto murió mi sanadora Here y quedó envenenado mi guerrero Eli, que posteriormente
murió. Ahí perdí como 500 monedas para recuperarlos. Realmente apesto en este
juego. Pero lo bueno es que conseguí una buena zona donde matar monstruos me da
mucho dinero así que me mantengo optimista.
Hubo un punto
en que coloqué un hechizo sobre mi sanadora Here que la hacía esquivar mejor “¡Genial!”
pensé… al minuto siguiente le dieron y recibió 26 puntos de daño (No puedo
repetir lo suficiente cuanto apesto en este juego). Aunque frustrante, ese es
uno de los momentos de comedia no intencional que hace genial a los videojuegos.
Al ser un medio interactivo, los videojuegos tienden a ser impredecibles. Creo
que por eso los let’s plays ganan tanto seguidores, porque celebran lo extraño
y arbitrario que pueden ser los juegos. No creo que es un mal aspecto, de hecho
es parte de lo que hace del medio tan disfrutable.
Lo último que
quisiera decir es que ahora que pienso es algo extraño que esta saga de juego
incluya a personajes de artes marciales como clase jugable. Es solo que el
resto de las clases siguen un patrón inspirado en fantasía clásica europea y
cuentos de hadas y que incluyan maestros de artes marciales que tienen más que
ver con la cultura oriental parece un tanto fuera de lugar… ¡Pero aun así
genial!
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