Enter the void es
en muchas maneras parecida a una droga (O lo que me han dicho que es una droga,
nunca he consumido), te sumerge en un gran viaje psicodélico que induce
mediante su brillante uso de fotografía y edición en un estado hipnótico, algo
nunca antes visto por supuesto y aun cuando el viaje no es mu placentero, ya te
encuentras en un estado de fascinación y compulsión tanto por la propuesta como
por el campo técnico de la película. Tristemente después de salir de la impresión
inicial me di cuenta de el sufrimiento de otro terrible caso del síndrome
de Christopher Nolan (Cuyo
nombre estoy considerando cambiar al síndrome Aronofky o algo por el estilo, ya
que ahora me agrada mas Nolan), que como he señalado antes es cuando después de
presenciar el filme me doy cuenta de muchas cosas que no me gustaron. Pero el
caso de Enter the void es especial porque estaba convencido
de estar viendo una obra maestra pero al finalizar recordé tantos defectos que sentí
que había visto un bodrio. Ante una contradicción así, no tengo mas opción que
suspender mi sistema de puntuación mediante estrellas y me limitare a señalar
lo bueno y malo de la película y el lector decidirá si quiere un visionado o no
(Ya saben, como si fuese un critico de verdad y no un perdedor sin novia detrás
del computador).
La trama nos lleva con Oscar
(Natheniel Brown) quien trabaja traficando (y consumiendo) drogas en Japón,
vive con su hermana Linda (Paz de la Huerta) quien es una estríper. Oscar va a
reunirse con su amigo Víctor (Olly Alexander) también drogadicto; en el camino
es acompañado por su amigo Alex (Cyril Roy) quien le cuenta todo sobre un libro
tibetano de los muertos. Alex explica que cuando alguien muere ve una recapitulación
completa de su vida, después presencia la vida de sus conocidos después de su
muerte y por última se sumerge en un viaje de imágenes y colores brillantes.
Cuando Oscar llega al lugar de reunión descubre que Víctor lo ha delatado con
la policía y, en medio de una huida, Oscar es disparado y muere. La cámara en
los primeros minutos se presenta en primera persona desde el punto de vista de
Oscar, vemos lo que el ve y cuando fallece aun vemos lo que el ve, Oscar no
habla en el resto del metraje pero si entendemos sus orígenes, emociones y
relaciones a través del viaje post-muerte basado en el libro tibetano.
Esta no es en ninguna manera una
historia alegre, es bastante oscura y perturbadora de hecho, los personajes se
van degradando cada vez mas hasta caer en un mundo de caos y sufrimiento, lo
cual puede parecerles a algunos un una falta de verdadera caracterización y a
otros un "descenso a los infiernos". Las actuaciones tienen mucha
fortaleza y es muy difícil realizar escenas tan explicitas como las que la película
propone, aunque realmente ninguno destaca en mi mente.
Pero más allá de la historia y
personajes, hay un único estilo visual que representa a la vez el punto más
fuerte y débil de la cinta. No me malentiendan, en mi opinión si eres un
estudiante de cine o te interesan los estilos únicos, entonces debes ver Enter the void porque si. El hecho de que la película
quiere mantener "esencialmente" una sola toma durante toda la película
es un experimento fascinante y el ritmo de la película te hace querer seguir viéndola
aun en los momentos mas fuertes sin nunca perder el interés, el uso de los
colores es fantástico y la manera en que la cámara se mueve y se usa para
impactar y sumergir al espectador, llevándolo a niveles de impacto algo
desagradables pero extremadamente memorables; además la cinematografía esta
llena de mucho significado especialmente sobre este viaje de la mente a un
"mas allá". Pero esta es la cuestión, cuando reseño una película
artística que no intenta tanto contar una historia sino ser admirada por su cinematografía
y edición (Véase the tree
of life), la critico en términos de cuan hermosa me parecieron las imágenes
que presentaba y realmente debo decir que la naturaleza perturbadora de Enter the void arruina el significado tras sus imágenes.
Seguro dirás "Pero Elisaul, la belleza es algo subjetivo" y tienes razón,
y por eso subjetivamente digo que no encuentro la imagen de un pene eyaculando
en la pantalla muy artística o poética que digamos, eso sin incluir otras escenas de muerte brutal y sexo explicito, ademas la película temas que van desde el abuso de drogas hasta el incesto.
Gaspar Noé (el director de la
cinta) ha señalado que el filme no es una verdadero viaje al mas allá, sino la
ultima alucinación de un hombre que leyó un libro religioso antes morir y en
ese sentido la película se siente como un viaje psicodélico como si Noé tratara
a la muerte como la ultima droga. Y es sin duda un viaje inolvidable para bien
o para mal con sus características de obra maestra digna de cuatro estrella y
el desagrado que produce un bodrio digno de quedarse sin puntuación. Supongo
que si puede soportar casi tres horas de cine hostil, podría recomendártela, el
resto tal vez tengan sus reservas. Yo personalmente no me arrepiento de haberla
visto, de hecho es una de las obras más importantes que veía en mucho tiempo y
una verdadera muestra de que podemos hacer con este medio.
Me debo esta película.
ResponderEliminarSaludos