
¿Tienes
control sobre tu vida? ¿Tienes éxito en las diferentes metas que te has
planteado a ti mismo? Supongamos que no lo tienes, pero aun sigues intentando.
Si logras tener ese éxito ¿Importaría? Si consiguieses dejar un legado ¿Estás
seguro de que sería preservado? ¿Seguro de que sería positivo? ¿Y eso tiene
algún valor? No vas a estar vivo para verlo ¿Tienes control sobre tu muerte?
Estas son ideas que circulan en mi mente después de haber terminado las dos
temporadas de la serie The Knick. Es
porque estas son preguntas que marcan la vida de los personajes de esta serie.
Tomemos
por ejemplo al Doctor Thackery, el personaje principal de la serie: la serie
toma lugar en el principio del siglo 20, años 1900s para ser específicos. El
Doctor Thackery es un hombre blanco de alta sociedad en Estados Unidos, un
drogadicto y uno de los cirujanos más respetados en una era dónde la medicina
empieza a dejar de ser un concepto experimental que solo era aceptable como
último recurso para personas ya condenadas y comenzaba a ser una ciencia capaz
de salvar vidas. En los primeros momentos de la serie, el Dr. Thackery junto a su
colega el Dr. Christianssen realiza una cirugía experimental para tratar de
salvar a una madre embarazada y su hijo pues la madre presenta un cuadro de
placenta previa. A pesar de que el procedimiento ha sido repasado teóricamente
e intentado de forma practica en varias ocasiones, una vez más resulta un
fracaso, ni la madre ni el hijo se salvan. El Dr. Christianssen queda
devastado por este fracaso pero el Dr. Thackery le afirma que no fue su culpa,
que él hizo el procedimiento perfectamente pero que simplemente aun no tienen
el conocimiento para salvar a alguien en esas circunstancias. Pero esa
afirmación es por sí misma una forma de tragedia ¿Verdad? La tragedia de
hombres atrapados en una época en la cual saben que existe la posibilidad de
mejorar el futuro pero que ellos no podrán verlo. Posteriormente el Dr.
Thackery hace un emotivo e increíblemente inspirador discurso sobre la rapidez
del avance científico y cómo la medicina ha abierto puertas para resolver
problemas que se creían inevitables y que lo seguirá haciendo, incluyendo la
muerte. Esta declaración es inspiradora y verdadera y a la vez muestra un
aspecto aun más trágico de la serie: ahora esta no es solo la tragedia personal
de unos hombres, es la tragedia de toda la existencia humana. El terrible hecho
de que por más que queramos combatir nuestro fin y trascender mas allá de la
mortalidad y de que por más que hagamos todo lo posible para cumplir este
objetivo, todo será en vano en cierta forma. No hay mejor reflejo de esto que
el discurso sea dicho por un doctor adicto al opio y la cocaína, un hombre que
busca sobrepasar las limitaciones de su propio cuerpo y por tanto su existencia
pero que está atado a sus propias necesidades y costumbres orgánicas.

Recuerdo
haber leído una vez que el creador de Mad Men se
refirió a esa serie como “Ciencia Ficción al revés” porque así como la Ciencia
Ficción usa tecnología y actitudes de personas del “futuro” para hacer un
comentario sobre la sociedad en el presente, Mad Men usaba
hechos y actitudes del pasado como reflejo de problemas en el presente. Creo
que The Knick
cae en la misma categoría por cómo muestra a estos doctores buscando hacer el
mejor trabajo posible para llegar a un futuro (el cual sabemos que nunca verán)
para mostrar que no estamos tan lejos de ese mismo estado melancólico nosotros
mismos. Incluso la atmósfera refleja esta idea, solo escuchar la increíblemente
única banda sonora evoca emociones asociada mas con Ciencia Ficción clásica que
con dramas de televisión.
Y
este tema no solo se ve reflejado en las teorías científicas: la tecnología
también juega un rol importante llegando a puntos tristes e incluso
perturbadores cuando sabemos que ciertos tratamientos médicos de la época serán
no solo poco efectivos sino que empeoran la enfermedad que buscan tratar o cómo
los personajes se exponen a rayos X sin protección pues no saben lo que
nosotros sabemos de los efectos de la radiación. Incluso en problemas
sociológicos e interpersonales se muestra este tema: personajes que desarrollan
nuevas teorías sin saber que serán vistas no solo como erróneas sino como
inhumanas en el futuro; personajes que comienzan relaciones de pareja que están
condenadas a un tipo de aislamiento por el secreto que uno de ellos guarda o
por la dinámica anticuada de relación entre hombres y mujeres en la que viven;
personajes que buscan poder y dinero sin siquiera darse cuenta que siempre hay
alguien o algo más poderoso, ya sea un sindicato criminal o la cruel ironía del
universo; personajes que buscan superar discriminaciones como el racismo y el
sexismo cuando como audiencia sabemos que esos problemas siguen en
Estados Unidos y el mundo aun hoy. Por supuesto, no todo es tan sombrío, si lo
fuese la obra sería deshonesta, hay momentos de humor y genuino
sentimentalismo. Pero estos pequeños momentos parecen más bien los pequeños
vestigios de brillo en una tragedia general, en ese sentido me recuerda a The Wire. Y las series con las que estoy
comparando The Knick ya dan una idea de
que esta se trata de una obra sobria que lentamente explota en grandes
momentos, así que si eres fanático del tipo de dramas que he citado, ya sabes
qué esperar. Tanto los personajes con bondad en su corazón como los
increíblemente malvados que odiarás como pocos en la televisión están atrapados
en las limitaciones de sus propios conocimientos, de su tiempo, de su
mentalidad, de los sistemas en que viven e incluso de sus propios cuerpos. Es
por esto que la serie tenía que tomar lugar en un hospital, para que la
mortalidad y el sufrimiento que vienen con el cuerpo humano cuando nacemos
siempre estén presentes.

Realmente es
evidencia de lo efectiva que es la serie el hecho de que haya pasado tanto
tiempo hablando del mensaje y la temática de fondo y no mucho hablando sobre
los aspectos técnicos o narrativos que la hacen funcionar. Y podría hablar de
manera extensa sobre las decenas de formas en que esta serie tiene éxito: la
brillante dirección visual de Steven Soderbergh desde la ya mencionada banda
sonora hipnótica hasta su único estilo visual que evita tomas tradicionales
prefiriendo planos alejados en tiempos alargados pero siempre con movimientos
sutiles de los personajes que dirigen la mirada y mantienen la atención; podría
hablar de los grandes efectos prácticos que retratan las cirugías en la serie
con gran detalle y realismo mientras al mismo tiempo sirve el propósito de
perturbar a la audiencia; podría hablar del gran retrato del racismo en la
serie y cómo los personajes lo justifican mas con una especie de falsa lógica
que por razones simples de discriminación o religión, mostrando que los que
buscan separar a ciertas razas y a los inmigrantes con "argumentos
razonables" no son diferentes a los racistas de tiempos antiguos. También
están las docenas de momentos icónicos tanto sutiles como épicos tal como el
escape del hospital después de un hecho violento o cuando un personaje llevado
por una mezcla de ego e irresponsabilidad realiza un proceso arriesgado
convencido de que salvará una vida. Cabe mencionar la forma en cómo la serie
está arraigada en sus personajes, hasta los más pequeños que parecen arquetipos
de su época tienen aspectos o caracterizaciones dignas de discusión y todos con
actuaciones que demuestran la excelencia tanto de la dirección como del
reparto, ya sea con la sutil mirada de una mujer que está aprendiendo a seducir
y controlar a hombres poderosos en una escena o cómo una actor logra que
entendamos la pérdida de un hombre que ve toda su vida siendo destrozada y al
mismo tiempo retrata la creación de un ser que usa el odio hacia grupos
marginalizado para canalizar sus propias frustraciones. Y por supuesto en medio
de todos ellos está Clive Owen como el Dr. Thackery, uno de los personajes más
complejos de cualquier drama de este tipo que retrata todas esas emociones con
gran pasión. Y sé que los premios no importan en realidad en el gran orden de
las cosas, así que no suelo decir cosas así pero aquí toca hacerlo: Es un
crimen que Owen no haya recibido un Emmy por esta actuación.

Todos esos
puntos vale la pena mencionarlos, pero al final de cuentas lo que se queda
conmigo de The Knick es la naturaleza trágica que refleja sobre la
existencia humana, la manera en que estamos atrapados por fuerzas más allá de
nuestro control. Porque no somos más que un montón de células que están
envejeciendo y eventualmente morirán. Y aun si fuese cierto que pudiésemos
alcanzar la inmortalidad, estamos en un planeta, un sistema solar e incluso un
universo que eventualmente colapsarán dejando atrás cualquier rastro físico o
recuerdo de que alguna vez existimos en este mundo, haciendo que todo lo que
hagamos tengo el mínimo de significado. De esa melancólica existencia los seres
humanos no podemos escapar, ni tampoco los personajes de esta serie, por más
que lo intenten. Porque al final de cuentas, como nos enseñó la obra maestra SwissArmy
Man, no podemos escapar de la verdad de que somos solo un montón de
cuerpos descomponiéndose que por milagro caminan y que eventualmente volverán a
ser parte de la tierra. Entonces, con todo eso planteado, vuelvo a mi pregunta
inicial...
¿Tienes
control sobre tu vida?

Si quieres saber más de mis opiniones o lo que ando haciendo, no olvides pasar por el facebook, twitter, wattpad y canal de youtube oficiales del blog. Y si te interesan más temas además de series, películas y videojuegos, recomiendo mi otro blog: Solo un Blog.

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